En base al tipo y el nivel de la afección de su bebé, los médicos pueden recomendar una o más opciones de tratamiento. Usted debe comenzar el tratamiento a una edad temprana, entre los 3 y 18 meses, mientras el cráneo está todavía en formación.

El reposicionamiento es una práctica que le enseña cómo alternar periódicamente la posición de la cabeza de su bebé. Esto puede prevenir o ayudar a corregir el síndrome de la cabeza plana. Las sugerencias para este método incluyen:

  • Planificar suficiente tiempo boca abajo, lo que también ayuda a fortalecer su cuello.
  • Reducir la cantidad de tiempo que su bebé está en un asiento de coche, un portabebé, un columpio para bebés, etc.
  • Cambiar de lado cuando se lo amamanta, lo que también puede ayudar a prevenir la tortícolis (músculos del cuello torcidos).
  • Ponga a su bebé en diferentes posiciones en su cuna. Debe acostar a su bebé sobre la espalda para reducir el SIDS. No obstante, debe girar la dirección que enfrenta su bebé en su cuna, tal como lejos de o hacia la puerta. También puede colocar un móvil encima de su cuna para estimular el movimiento de cabeza en diferentes direcciones. Otra opción es la “terapia de casco”. Su bebé va a usar un casco médico durante varios meses para dar forma a su cráneo. La tasa de éxito de esta forma de tratamiento es alta.
  • Los bebés que son diagnosticados con plagiocefalia congénita, o craneosinostosis, con frecuencia requieren cirugía. Esto permite que las placas de su cabeza crezcan y se vuelvan a formar, y también alivia la presión sobre su cerebro. Por lo general, este tipo de cirugía se produce antes del año. El uso de un casco médico también puede ser necesario. Pueden ser necesarios tratamientos médicos adicionales si la craneosinostosis es parte de un síndrome genético con otras afecciones.

Vivir con plagiocefalia

Los bebés que tienen síndrome de la cabeza plana tienen una alta probabilidad de vivir una vida normal. Pueden crecer naturalmente con él o corregirlo con terapia. Es poco probable que cause problemas con el crecimiento o la función cerebral.

No obstante, si la plagiocefalia no se trata, los niños corren el riesgo de tener dificultades de desarrollo, neurológicas o psicológicas.

Los niños que crecen con plagiocefalia severa, como craneosinostosis, es probable que necesiten control de atención médica para manejar problemas nuevos o en curso. También pueden beneficiarse con asesoramiento si experimentan problemas de autoestima.

  • Tratamiento manual con fisioterapia

Con la fisioterapia se intentará mejorar la alineación de los huesos del cráneo y liberar los músculos cervicales que puedan estar acortados. Para ello se utilizan técnicas suaves, no dolorosas y con especial cuidado.

El reposicionamiento y la fisioterapia (RPFT) incluyen el asesoramiento e información a los progenitores sobre los cambios posicionales y el tiempo que su hijo debe pasar boca abajo, así como la derivación al fisioterapeuta en caso de tortícolis congénita. El RPFT es la alternativa terapéutica óptima para pacientes menores de 4 meses que tengan una PD leve o moderadamente grave. Los tipos más precoces de modificaciones conductuales pueden ser tan sencillos como aumentar el tiempo que el niño pasa en prono o la recolocación de la cuna del niño para que todos los elementos interesantes de la habitación estén en el lado opuesto a la PD.

  1. Movilizaciones específicas

Los progresos sobre la atención de los pacientes en fisioterapia han conducido a elaborar los tratamientos a partir de los parámetros de referencia de las bases de datos. Las técnicas de movilizaciones específicas permiten devolver a las articulaciones afectadas la movilidad perdida o disminuida y producen efectos neurofisiológicos. Estas técnicas forman parte del arsenal de la kinesiterapia. Debido a los adelantos señalados, su enseñanza en los institutos de formación en masokinesiterapia también ha mejorado en los últimos años. En la primera parte se presentarán las bases fisiológicas y biomecánicas de las movilizaciones específicas, así como los principios y las modalidades de estas últimas. A continuación se estudia cada articulación, con sus indicaciones y contraindicaciones específicas. Por último, se describirán las técnicas de forma detallada.

La mano se utiliza con intención de curar desde el principio de los tiempos. Históricamente se ha presentado como una herramienta natural, útil para determinar la naturaleza del mal, para tratar de aliviar e incluso para curar.

La movilización específica forma parte de estas técnicas que componen la terapia manual. Según las épocas, los países, las diversas escuelas y las corrientes de pensamiento, a esta técnica terapéutica se le han atribuido algunos enfoques diferenciados, en particular en lo que se refiere a amplitudes y ritmos. El límite entre este método terapéutico y la manipulación osteopática, tanto raquídea como periférica, es motivo de algunas confusiones por falta de claridad en sus respectivas definiciones.

La práctica basada en la evidencia o basada en pruebas se define como la suma de las mejores pruebas disponibles, combinadas con la experiencia clínica y las preferencias/valores/situaciones del paciente. La finalidad de este artículo es aclarar y hacer avanzar esta situación. Para ello, sería imprescindible volver a definir los principios biomecánicos y fisiológicos generales implementados.

El enfoque que se describe aquí es ante todo pragmático y está dirigido hacia las articulaciones afectadas. Las movilizaciones específicas y su aplicación se adaptan a los adelantos de la ciencia.

    Ontogénesis

La movilización específica se encuentra con regularidad en la ontogénesis de la medicina manual. Hipócrates redactó su Tratado de las articulaciones, en el que el término «lesión» figura primero como apopedecos, que significa «dislocación» o «desencajamiento». Galeno, al tratar al gladiador Pausanias, demostró la relación existente entre las parestesias del miembro superior y el estado de la unión cervicodorsal. Así, puso de manifiesto que el tratamiento mecánico local permite obtener un efecto a distancia sobre algunos síntomas. La obra de Avicena en el mundo árabe perduró durante cinco siglos hasta ser publicada en Venecia en el siglo xvi.

La descripción de las movilizaciones específicas ocupa en ella un amplio lugar en numerosos tratamientos.

En el mismo período, en Francia, Ambroise Paré, considerado el padre de la cirugía moderna, desarrolló la terapia manual, que sería usada por muchos médicos y no médicos de todo el mundo orientados hacia un enfoque más empírico. En 1874, Andrew Taylor Still desarrolló la osteopatía con base en métodos de movilizaciones manuales, algunos de ellos derivados de técnicas ancestrales (componedores de huesos), que respondían al principio de la relación estructura/función. Si la anatomía no es normal, la función está perturbada. Hacer que la anatomía recupere su normalidad debería restituir la función. El concepto de lesión o disfunción osteopática expresa un déficit de movilidad con implicación biomecánica, pero también una repercusión fisiológica.

El nacimiento de la kinesiterapia acompaña al auge de la medicina física y de rehabilitación impulsada por los doctores Maigne en el Hôtel-Dieu, De Sèze en el Lariboisière, Troisier en Foch y Antonietti en Lyon. Maitland, Kaltenborn, Cyriax y Mulligan, por no mencionar sino los más conocidos, son los pioneros de la integración de la movilización específica en kinesiterapia. Autores como Pierron, Péninou y Dufour han tratado, con sus publicaciones, hacer esta técnica accesible a los kinesiterapeutas. Otros, como Raymond Sohier, gracias a las técnicas raquídeas (entre otras), han explicado los mecanismos subyacentes a estas movilizaciones. El inconveniente de estas técnicas es a menudo la falta de pruebas.

La terapia manual ortopédica (TMO) se está volviendo cada vez más popular. Esta especialización de la kinesiterapia basada en el razonamiento clínico se vale de enfoques terapéuticos altamente específicos (técnicas manuales, ejercicios terapéuticos, etc.). La TMO se basa en la evidencia científica y clínica y en las características biopsicosociales de cada paciente.

Las movilizaciones específicas o accesorias son técnicas que se aplican de forma manual con el fin de evaluar y tratar las disfunciones del sistema neuromusculoesquelético. Las movilizaciones específicas, a diferencia de las movilizaciones pasivas fisiológicas, no pueden ser efectuadas de forma activa, aislada, por el propio paciente. Se trata de movimientos pasivos rítmicos y definidos por un grado que determina la velocidad, la fuerza y la amplitud de la oscilación aplicada por el

terapeuta. La exploración física permite establecer el grado más eficaz de la movilización específica en condiciones de tolerabilidad máxima para el paciente .

Las movilizaciones específicas pueden adoptar diversas formas biomecánicas según la articulación de la que se trata o el objetivo buscado. Se efectúan de forma perpendicular o paralela al plano de la articulación, con movimientos de deslizamiento, de tracción o de compresión.

Los deslizamientos se usan mucho cuando la articulación es de tipo «superficie plana» y el movimiento es paralelo a esta superficie. También se usan cuando la articulación presenta una superficie convexa y otra cóncava; en este caso, la dirección del movimiento está determinada por la ley de la concavidad-convexidad.

Las tracciones son consideradas por Cyriax y Menell como métodos de tratamiento útiles. La fuerza, aplicada de manera perpendicular, tiende a alejar las dos superficies articulares. Varios autores han señalado las ventajas de las movilizaciones con compresión, aun si, en la mayoría de los casos, estas compresiones se combinan con otras técnicas como los deslizamientos. 

En ocasiones existe un debate relativo a las movilizaciones específicas por una parte y las manipulaciones por otra. Paris no diferencia entre los términos y considera que son intercambiables. Grieve distingue los dos términos definiendo la manipulación como un movimiento localizado, preciso, único, rápido y de poca amplitud, que necesita una posición precisa del paciente.

El objetivo principal de las movilizaciones específicas es restaurar los movimientos menores o accesorios para mejorar el movimiento mayor o fisiológico. Permiten aumentar la extensibilidad de los tejidos capsuloligamentosos y tienen efectos neurofisiológicos sobre dolores y espasmos musculares.

  1. Terapia craneosacra

El método de tratamiento craneosacro fue desarrollado a principios de los años 1930 por William Garner Sutherland (1873-1954). La mayor aportación de Sutherland, junto a la aplicación consecuente de los principios de la osteopatía en el cráneo, que hasta el momento era considerado como un todo inamovible también entre los osteópatas, fue el descubrimiento de un sistema de regulación para el organismo que se manifestaba a través de un ritmo lento y rítmico del cráneo.

Concentró su atención en los componentes líquidos del cuerpo, especialmente en el líquido cefalorraquídeo, y observó que incluso los impulsos más sutiles sobre los líquidos conseguían comenzar a eliminar las fijaciones de las estructuras del cuerpo más sólidas . El ritmo craneosacral (RCS) es punto de origen del diagnóstico y de la terapia en el método. Este ritmo influye sobre el metabolismo del organismo y sobre cada célula del cuerpo. Hace que los huesos del cráneo, como los del resto del cuerpo, efectúen una rotación interna y externa, con una frecuencia de 6-12 veces por minuto, de forma suave e imperceptible. Este ritmo comienza durante el desarrollo embrionario y puede palparse incluso justo después de la muerte.

  • Moldeamiento craneal

Podemos hacer uso de las ortesis o aparatos externos, para ayudarnos como coadyuvante de la terapia manual.

La terapia de moldeado (terapia con casco) consiste en utilizar un casto ortésico para favorecer la resolución de la asimetría craneal durante el período de crecimiento rápido de la cabeza del lactante. Los cascos ortésicos no moldean activamente el cráneo, sino que protegen las áreas planas y permiten que el cráneo del niño crezca hacia la zona plana. Los estudios han demostrado que la terapia con casco logra la corrección 3 veces más rápido y mejor que el reposicionamiento por sí solo. Esta terapia aún es motivo de debate debido a su coste, el tiempo que requiere, la cobertura y los efectos secundarios (irritación, exantemas y úlceras por presión). Los estudios más recientes sugieren que el tratamiento combinado mediante terapia con casco y RPFT es el más beneficioso para los niños mayores de 4 meses con PD grave o con empeoramiento de una PD leve/moderada en la que se ha usado RPFT. En los lactantes con PD grave debería plantearse la terapia con casco a cualquier edad.

Los estudios sugieren que la terapia con casco debería comenzarse en caso de PD significativa entre los 4 y los 8 meses de edad y continuarse durante 7-8 meses. Se debe asesorar a los progenitores sobre la dedicación que implica este tratamiento, pues los cascos deben llevarse puestos más de 20 horas al día.

Los pacientes con craneosinostosis requieren cirugía. En ocasiones, se puede usar un casco de moldeado como tratamiento complementario tras la cirugía, pero nunca como monoterapia.

  • Cirugía

Ésta no sería la técnica primaria de elección, siempre se usará como última opción de tratamiento, cuando el tratamiento conservador no sea efectivo y el equipo multidisciplinar decida pasar la propuesta a los cirujanos y éstos lo consideren. Al ser un tratamiento invasivo conlleva la posibilidad de aparecer más riesgos y complicaciones, así como el tratamiento fisioterapéutico postoperatorio que habrá que realizar después.

Paul Tessier fue el creador de la cirugía craneofacial en la década de 1960. Esta cirugía requiere una colaboración perfecta entre el neurocirujano, el cirujano plástico o maxilofacial y el anestesista- reanimador pediátrico. El acceso a las estructuras profundas de la cara y del cráneo obliga a escoger cuidadosamente las vías de acceso cutáneas y mucosas para limitar los daños cicatriciales.

El término de plagiocefalia, en el marco de las sinostosis, corresponde al acortamiento frontoorbitario unilateral por sinostosis coronal unilateral.

La órbita externa, bloqueada sobre su pterión, presenta simultáneamente un ascenso y un retroceso.

Este retroceso frontoorbitario puede verse acentuado por una proyección compensadora de la prominencia frontal contralateral.

La remodelación frontoorbitaria suele ser bilateral por un desplazamiento en los tres planos del espacio de los fragmentos óseos: avance y basculación asimétrica de la escuadra orbitonasofrontal, recolocación y giro del colgajo óseo frontal de 180° . Renier et al han propuesto la remodelación de la banda supraorbitaria asociada a la movilización de una neofrente a partir de la región parietal.

Tras el periodo de reposo prescrito, y cuando los facultativos lo indiquen, habrá que valorar nuevamente si es necesario tratamiento fisioterapéutico corrector, o simplemente para favorecer una rápida recuperación e incorporación del niño a su actividad cotidiana.


Este artículo está basado en la tesina realizada por Raquel Quirós Álvarez para el Máster en Pediatría y Neonatología realizado en Formación Alcalá.

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